martes, 1 de enero de 2013

Proteo


Era tarde ya, la luna
acunaba a las estrellas,
el campanario señalaba las tres,
te vi con ella, allá en la playa
bajo la luna llena
le declarabas tu eterno amor
y en mi clavabas
el puñal de la traición...
Ajenos a mi presencia
al danzar de las olas
alimentabais vuestros deseo,
en una nube de placer
acomodabais vuestros cuerpos
os saciabais de pecado,
hasta el amanecer...
Hombre profano, pérfido,
infame proteo,
corazón de oropel
me ha matado tu perfidia
en una roca grabe
con sangre nuestros nombres
y en la arena lo poco
que duro 
el amor que me juraste.

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